Tratamientos alérgicos para mascotas
Estamos en las puertas de una nueva primavera y nuestra mascotas pueden empezar a sensibilizarse ante sustancias ambientales, por lo que es el momento de pensar en posibles tratamientos alérgicos que minimicen sus efectos. Las alergias se producen cuando el sistema inmunológico reacciona exageradamente frente a una determinado elemento. Esta sustancia es, normalmente, inocua para el organismo de nuestra mascota. Entre ellas están el polen, algunos tipos de hierbas, productos químicos de limpieza y algunas fibras textiles. Entre los alimentos el más notable es el pollo. Finalmente debemos tener presente la saliva de algunos parásitos como, por ejemplo, las pulgas o las garrapatas. Todos ellos se conocen bajo el nombre de alérgenos. En consecuencia ellos son los responsables de que el sistema inmune los considere como cuerpos invasores y, por lo tanto, trata de defenderse.
Según el tipo de alérgeno causante nuestra mascota puede sufrir distintos tipos de alergias:
Alergias dermatológicas.
Son las causadas por ácaros y, muy especialmente, por pulgas y garrapatas. Contrariamente a lo que se piensa nuestra mascota no tiene que estar infestada de muchas pulgas para padecer una hipersensibilidad dérmica. El verdadero origen no está en las picaduras sino en la reacción a su saliva. Si nuestra mascota tiene esta alergia una sola picadura puede ocasionar escozor y picazón durante mucho tiempo.
Alergias ambientales.
Se conocen también con el nombre de alergias atópicas. En este caso los alérgenos entran en el cuerpo por las vías respiratorias. Los más frecuentes son: el polen, el moho y las gramíneas. También algunas sustancias que están presentes en nuestros hogares como productos de limpieza que olfatean y la pelusa de las fibras textiles. No hay que olvidar la sensibilidad de sus finos olfatos al humo del tabaco.
Alergias alimenticias.
Aparecen cuando en la alimentación hay elementos que desencadenan una respuesta defensiva del sistema inmune. Los alérgenos alimentarios más comunes son: El pollo, el maíz, la soja, el trigo y los productos lácteos.
Es muy importante distinguir entre «intolerancia» y «alergia».
- La intolerancia se produce cuando nuestra mascota después de ingerir determinado alimento tienes vómitos y/o diarrea. Es ta situación se repite cada vez que come el alimento.
- Mientras que en la reacción alérgica la comida le sienta bien aparentemente pero aparecen ronchas en la piel y picores en orejas, patas y otras partes del cuerpo.
Tratamientos alérgicos.
Es imprescindible reconocer el agente causante de la alergia. La consulta al veterinario es imprescindible para dar con la solución. Algunos casos resultarán más fáciles de diagnosticar como, por ejemplo, las alergias estacionales producidas por el polen o las reacciones a la saliva de pulgas. En otros casos será precisa la prescripción de una dieta de eliminación. Finalmente el veterinario puede recomendar que se realicen análisis alergológicos para identificar con certeza el alérgeno causante.