Ronroneos de amor
Todos conocemos el característico sonido de satisfacción de los gatos, pero alguna vez has pensado si pueden ser ronroneos de amor. Los gatos son los únicos animales que emiten este peculiar sonido. Los etólogos han intentado dar varias explicaciones para este peculiar comportamiento. Lo cierto es que no todos están de acuerdo. No obstante, en general, se asocia a un estado de «sentirse a gusto».
Un sonido especial con un significado emocional.
Desde el momento de su nacimiento son capaces de ronronear, además son el único animal que tiene este comportamiento. Lo consiguen haciendo una vibración rápida de los músculos de la laringe. Parece que, de esta forma, consiguen segregar endorfinas en su cerebro. Esta es la manera que tienen de sentir satisfacción. El cerebro estimula una sensación gratificante que finalmente se transforma en amor hacia sus dueños.
Satisfacción, amor y complicidad.
Esta vibración es la manera que tienen de comunicarse con nosotros. Ellos sienten amor y gratitud por sus amos y parece que esta es su manera de demostrarlo. Nuestro gato restriega su cuerpo contra nosotros, nos da empujones con su nariz y nos ronronea de amor.
Efectos beneficiosos del ronroneo en nosotros.
Pero no sólo el gato logra de esta manera generar sentimientos amorosos y satisfactorios. El ronroneo también produce en nosotros sensaciones positivas. Esta es la razón de la gran pasión que sientes algunas personas por los gatos. Resulta que esta vibración tiene efectos sobre nuestra salud y nuestro estado emocional. Cuando nuestro gato se sienta sobre nosotros y ronronea en nuestro regazo nos calma los nervios. Efectivamente la frecuencia de este sonido, que oscila entre los 25 y 50 Hz, tiene la propiedad de tranquilizarlos y de reducir el estrés. Finalmente el ronroneo también nos ayuda en mejorar nuestra salud. Las personas que conviven con un gato pueden bajar su presión arterial y parece que mejoras sus defensas. Todo ello se traduce en un refuerzo general del sistema inmunitario de nuestro cuerpo.
En conclusión podemos decir que el ronroneo genera una sensación amorosa de la que participan tanto el gato como nosotros. Es amor mutuo.