Fobia canina a los petardos. Entrevistamos en exclusiva a Timber

06.06.2017

Por fin Timber accedió a mantener una entrevista y hablar de fobia canina con nosotros. Un año más llega San Juan, la verbena, el equinoccio de verano y...los molestos petardos.

Como en otras ocasiones no nos faltan ganas de proporcionar consejos para evitar sufrimientos innecesarios a nuestras mascotas. Lo sabemos y lo haremos. Al final de la entrevista dispondréis de las recomendaciones más imprescindibles para que vuestro perro afronte con las menos molestias estos ruidosos días. Todo ello está muy bien, pero....¿Cómo vive un perro estas fiestas?. Para ello nos pusimos en contacto con el representante de Timber que desde el primer momento acogió con entusiasmo la idea.

Timber es un perro que con sólo verlo te das cuenta de que disfruta de la vida. A pesar de ello su comportamiento es exquisito, se nota que que ha tenido una buena formación en su juventud. Lleva una vida normal a pesar de sus alergias alimentarias pero sus regulares visitas al veterinario y su alimentación adecuada hacen que hayan quedado atrás todos los inconvenientes.

Llega con aire despreocupado y pronto nos hace saber su opinión sobre el tema de la entrevista: «Me gustan los humanos, mis mejores momentos los he pasado con ellos, participo en sus alegrías y sus celebraciones. Pero con el tema de los petardos estoy totalmente en contra».

La Entrevista:

Notamos una cierta inquietud en Timber, en un principio estaba relajado pero ahora se nota que le desagrada hablar del tema de los petardos. Así que decidimos empezar cuanto antes lanzando preguntas generales.

¿A los perros os gusta el verano?

La verdad es que no nos gustan demasiado los cambios estacionales. El verano es una estación dura para nosotros, no transpiramos por la piel como los humanos y somos muy susceptibles a necesitar agua con frecuencia.

¿Que tipo de molestias producen en vosotros las detonaciones de los petardos?

Los perros tenemos un oído muy sensible. Somos capaces de oír les pisadas de una liebre a cientos de metros de distancia. Las leves vibraciones del suelo nos proporcionan información precisa de su ubicación. Estamos preparados para la caza en el entorno del silencio del bosque. En la naturaleza no hay nada parecido a días seguidos de continuas explosiones que ni siquiera provienen de un sitio fijo. Es como si todo el mundo se estuviera derrumbando.

¿Con un panorama como este qué efectos os producen?

En principio es una sensación de desorientación total. El instinto nos obliga a huir, pero no hay ningún sitio en el que te sientas a salvo, porque el estruendo te persigue allá donde vayas. La sensación humana más parecida es pánico. Yo mismo cuando oigo una explosión me produce dolor intenso en los oídos y no puedo evitar que el miedo se apodere de mi comportamiento y sentir unos deseos irreprimibles de escapar a un sitio seguro.

¿Que opinas de la utilización de tranquilizantes?

Personalmente soy partidario de tomar medicación sólo en los casos necesarios. Para que puedan entendernos un poco creo que la fobia canina a los petardos es una situación parecida al miedo a volar y a los aviones que tienen algunos humanos. Si el pánico que sienten es muy intenso lo mejor es tomar algún tranquilizante.

En este caso lo correcto es siempre que nuestros amos soliciten la opinión de su veterinario. Es el indicado para valorar el estado particular de cada unos de nosotros y, por supuesto, los únicos que deben recetar el fármaco más adecuado. Ni todos los perros tenemos la misma personalidad, ni el mismo peso.

Agradecemos a Timber el tiempo que nos ha dedicado y la franqueza que ha tenido hablando con nosotros de una de las experiencias más traumáticas de la vida canina.

Antes de marchar nos ha rogado que, dada la incomprensión que sufren los perros con los petardos, facilitemos a los amos humanos unos pequeños consejos. Pero -aclara- de «manera muy, muy sencilla».

Lo prometido es deuda, así que aquí están:

  • Pasear antes de los petardos mínimo 20-30 minutos.
  • Que me dejen una parte tranquila de la casa.
  • En la que llegue menos ruido, poner la radio o la televisión.
  • Con mis cosas, mis juguetes, mi cama, mi comedero.
  • Que hagamos lo de siempre, no me abracen ni me protejan.
  • Que no me asusten todavía más con sus nervios
  • Y...sobre todo....que me perdonen por tener tanto miedo. No lo puedo evitar.

Se puede consultar más información sobre la fobia canina en este artículo «ansiedad y miedo, problemas con los petardos«, pero no está contada por un perro y claro! no es lo mismo!