Claves para prevenir los parásitos en tu mascota

17.03.2020

Tenemos asociados los parásitos a los meses de más calor, esos en las que las temperaturas comienzan a subir y hacen su aparición pulgas y garrapatas. Aunque es cierto que entre marzo y octubre es cuando nos las encontramos más a menudo, desde Manescalia Veterinaris de Mollet recordamos que hay más parásitos acechando la salud de nuestras mascotas durante todo el año:

  • Las pulgas y garrapatas en las mascotas actúan durante todo el año, por lo que nuestro compañero puede infectarse en cualquier época.

  • No podemos olvidarnos del mosquito que transmite la leishmania a nuestros perros, una enfermedad muy grave.

  • Los parásitos internos en los animales de compañía. ¡No los vemos, pero pueden convivir en el organismo de nuestra mascota!

Por lo tanto, es imprescindible tomar conciencia de la importancia de una desparasitación, tanto externa como interna, para garantizar a nuestro animal de compañía una vida saludable. Pero... ¿solo a nuestra mascota? Además de afectar a los animales, causándoles graves enfermedades, algunos de estos parásitos también pueden transmitirse a los humanos, lo que se conoce como zoonosis.

Mantener a nuestra mascota alejada de los parásitos no es complicado y puede llevarse a cabo con unas sencillas pautas y medidas de prevención que os indicamos en nuestra clínica veterinaria de Mollet. Pero antes de saber cómo debemos desparasitar a nuestro perro o gato, es importante que conozcamos a los causantes de tantas enfermedades.

Haciendo una clasificación muy amplia, podemos diferenciar entre los parásitos internos (endoparásitos) y los parásitos externos (ectoparásitos).

Parásitos internos

Los parásitos internos o endoparásitos son aquellos huéspedes (no bienvenidos) que viven en el organismo de los animales, es decir, los anfitriones. Estos pequeños organismos, (la mayoría gusanos) se alojan principalmente en el intestino, el corazón y los pulmones.

Algunos son muy comunes en nuestras mascotas y solemos encontrarlos en los individuos más vulnerables, es decir, en los cachorros y en perros y gatos mayores o con un nivel inmunológico bajo. Tanto los unos como los otros no tienen las defensas tan altas como un animal sano en edad adulta, por lo que es más fácil infectarlos. Algunos parásitos internos se trasladan por el cuerpo del animal, pasando de un órgano a otro, multiplicándose, por lo que existe el riesgo de contagio a otros perros y gatos.

Los parásitos internos en las mascotas:

  • Toxocara (también llamados lombrices o gusanos redondos). Afectan por igual a perros y gatos y son los parásitos más comunes en el organismo de nuestra mascota. Más de la mitad de los cachorros están infestados con este parásito.

Se reproducen de forma muy rápida, son muy resistentes a los cambios de temperatura y, además, es muy fácil que otros animales se infecten. Las lombrices viven en los intestinos de nuestras mascotas, por lo que el contagio se produce a través de las heces. Basta con que otro perro o gato huela, lama o esté expuesto a algún elemento en el que haya restos para que corra el riesgo de contagiarse. Además, las madres también pueden ser transmisoras y pasarles los gusanos a sus cachorros a través de la leche durante la lactancia.

Muchos de nuestros compañeros no mostrarán síntomas si están infectados, sin embargo, si se vuelve de carácter grave, podemos encontrarnos con perros y gatos con vientre hinchado, diarrea, vómitos... Síntomas digestivos en general. También podemos encontrarnos casos de tos y neumonía, cuando los gusanos se instalan en los pulmones.

  • Estróngilos. También se les llama gusanos ganchudos por los dientes que tienen en la boca. Hay gusanos de varios tipos y cada uno de ellos presenta unos síntomas distintos, todos ellos graves, como diarreas con sangre, hemorragias crónicas, pérdida de peso o anemia severa.

Estos parásitos también viven en el aparato digestivo de los animales, enganchándose a la pared intestinal con los dientes. Se alimentan de sangre y tejidos, lo que provoca la hemorragia descrita anteriormente. Al igual que las lombrices, se transmiten por las heces.

  • Gusanos pulmonares. Estos gusanos llegan al organismo de nuestros perros y gatos por la ingestión de babosas y caracoles, por lo que es más común en cachorros y animales jóvenes. Una vez que los gusanos pulmonares comienzan a anidar en el sistema respiratorio de nuestra mascota, esta puede presentar síntomas como la intolerancia al ejercicio, tos seca después de realizar tareas que le supongan un esfuerzo, apatía, hemorragias nasales y hematomas.

Parásitos externos

Los parásitos externos o ectoparásitos son los que viven en el pelo y la piel de nuestros animales. Estos pueden ocasionar desde picores, molestias y escozor (cuando se alimentan de su sangre) hasta irritación o reacciones alérgicas.

Pero los parásitos externos tienen otro factor de riesgo importante y es que también son portadores y transmiten otros parásitos internos, desembocando en enfermedades que pueden ser mortales.

Tipos de parásitos externos en mascotas:

Pulgas. Las pulgas en nuestras mascotas las amenazan todo el año, siendo los parásitos externos más frecuentes en los perros. Pueden pasar a los animales en cualquier paseo por el parque, la montaña, lugares con hierbas altas... Pero también en casa.

Estos parásitos en nuestros perros y gatos, además de provocarles picores cuando se alimentan de él, también son transmisoras de las tenias:

  • Tenias. Hay varias especies de tenias que pueden afectar a nuestros compañeros. Como ya hemos comentado, la pulga suele ser la transmisora de muchos estos parásitos que llegan al organismo del animal (y del ser humano en este caso) a través de huevos o larvas. No puede ser de otra manera ya que, en su forma adulta, la tenia puede medir hasta 70 cm de largo y 3cm de ancho.

Garrapatas. Si las pulgas son los parásitos más abundantes en nuestras mascotas, las garrapatas en perros y gatos se llevan el segundo premio. Están muy presentes desde la primavera hasta que comienza el frío, pero esto no quiere decir que los animales no puedan infectarse el resto del año.

Al igual que con las pulgas, estos parásitos conviven en el pelo y la piel de sus anfitriones y se pegan a ellas cuando rozan hierbas o alguna zona infectada por garrapatas.

Las garrapatas son, si cabe, aún más peligrosas que las pulgas. Además de adherirse a nuestros compañeros y chuparles la sangre, provocándoles dolor y una posible reacción alérgica, también transmiten tres tipos de parásitos internos, con sus consiguientes enfermedades:

  • Babesia. Este parásito provoca la enfermedad conocida como babesiosis. Afecta a los perros y es muy raro el contagio en gatos. Es un parásito que vive en la sangre y es muy peligroso, ya que destruye los glóbulos rojos del animal, provocando anemia. En fases avanzadas puede ser mortal.

  • Ehrlichiosis. Las bacterias que causan esta enfermedad atacan a los glóbulos blancos, pudiendo desarrollar problemas inmunitarios. España es un país endémico, por lo que deberemos tener mucho cuidado.

  • Lyme o Borreliosis. Esta enfermedad canina también está causada por bacterias. Los primeros síntomas no son alarmantes (apatía, pérdida de apetito...) pero a medida que el huésped avanza en el organismo de nuestra mascota deteriora más el sistema linfático (produciendo inflamación de los ganglios) y pudiendo desarrollar una enfermedad renal.

Mosquito. Los mosquitos son muy peligrosos porque pican a nuestras mascotas sin que nos demos cuenta y hay muchos que son portadores de enfermedades parasitarias y virus, por ejemplo, los gusanos del corazón o la mixomatosis, enfermedad vírica transmitida por mosquitos en conejos.

  • Dirofilaria (o gusanos del corazón). Estos gusanos se hospedan en el corazón, así como en las venas y arterias que comunican con los pulmones. España está catalogado como país endémico, por lo que tu mascota tiene un mayor riesgo de contagiarse.

El mosquito es portador de las larvas de estos gusanos que, cuando se hacen adultos, pueden medir hasta 30cm de largo. Sin embargo, este proceso tarda de 5 a 6 meses, tiempo en el que comienzan a obstruir vasos sanguíneos y acaba provocando una insuficiencia cardíaca, problemas pulmonares o ambos.

Además, el mosquito flebótomo es el responsable de la leishmaniosis canina, una enfermedad muy peligrosa para nuestros perros, que puede llegar a ser mortal si no se trata a tiempo. España está catalogado como país endémico y el riesgo de que nuestro perro se contagie es alto.

  • Leishmania. La leishmaniosis es una enfermedad que afecta al sistema inmunológico de nuestros perros y gatos. Es una enfermedad grave. Si nuestro compañero se infecta, será un enfermo crónico toda su vida, podrá llevar una vida normal pero siempre habrá un riesgo de recaída y será más vulnerable a otras enfermedades.

Prevención de parásitos en mascotas

¿Cómo podemos evitar que los parásitos se queden a vivir con nuestra mascota? Desde nuestro centro veterinario de Mollet, os recordamos que es relativamente sencillo mantenerlos alejados de nuestros perros y gatos. La prevención es fundamental para poder disfrutar con nuestra mascota sin preocupaciones.

  • Prevención interna. La mejor prevención para los parásitos internos es el jarabe o las pastillas desparasitantes, es importante una toma cada 3 meses para mantenerlos sanos. Deberemos administrarles la cantidad que nos haya recomendado nuestro veterinario. De hecho las recomendaciones empiezan a apuntar a desparasitaciones intestinales mensuales (aunque siempre personalizando los tratamientos en función del riesgo del paciente y de las personas que conviven con ellos).

También hay una serie de cuidados de higiene y limpieza que podemos aplicar para proporcionarle una mayor protección a nuestro peludo: recoger las heces o restos de los lugares en los que conviven perros y gatos (jardines, patios, terrazas...), mantener una buena higiene en los areneros y recipientes en los que beben y comen nuestras mascotas.

  • Prevención externa. También es esencial aplicar una protección a nuestra mascota para prevenir los parásitos externos. Podemos hacerlo con el collar antiparasitario o aplicándoles las pipetas y pastillas (cada producto tendrá una duración y una protección frente a diferentes parásitos externos). No son infalibles contra el mosquito de la leishmania, pero reducen drásticamente las posibilidades de contagio.

Al igual que con los parásitos internos, podemos aplicar medidas adicionales como espráis antiparasitarios y antimosquitos, pastillas, bañar a nuestra mascota periódicamente con champú antiparásitos, no exponerla a lugares en los que haya agua estancada, mantener la limpieza e higiene en los accesorios de aseo y alimentación de nuestra mascota o colocar repelentes en casa para tenerlos protegidos.

La prevención es fundamental para tener a nuestra mascota protegida y alejada de parásitos internos y externos. Ven a Manescalia Veterinaris de Mollet y te asesoraremos.